Intensa actividad este fin de semana en Toledo, con el programa de actividades de las "noches toledanas" que tuvo su cierre, el pasado domingo 23 de mayo, en la Iglesia de San Sebastián de Toledo, con el concierto que inauguró la colaboración entre Momentum & Juventudes Musicales de Toledo e Intercentros Melómano (Premio de Interpretación para Solistas), gracias al cual, los ganadores de dicho concurso podrán ofrecer recitales dentro de la programación de la asociación toledana.
El encargado de la
inauguración fue el flautista vallisoletano de 18 años Diego Pajares Espiga, que
en la pasada edición 2020 obtuvo el Primer Premio de la categoría de Grado
Profesional del certamen nacional. En este momento, se encuentra finalizando
sus estudios de Grado Profesional en el Conservatorio Profesional de Música de Palencia. Le acompañaba al piano Francisco Cañizares, profesor del
Conservatorio Profesional de Música «Jacinto Guerrero» de Toledo.
Debido a las medidas
sanitarias derivadas de la pandemia en la que estamos inmersos, el concierto se
ofreció en dos pases, a las 12 y a las 13:15 horas, completándose el aforo en
ambas citas.
La Iglesia de San Sebastián,
de estilo mozárabe, es una belleza, tanto para la vista como por sus
condiciones acústicas que, en el caso de la flauta travesera, son muy propicias
a la musicalidad y al disfrute por parte de los asistentes.
El recital comenzó con el Concierto en Re mayor K 314 de WolfgangAmadeus Mozart. Como bien comentó el propio Pajares —muy suelto en la
presentación de las obras—, este concierto fue originalmente escrito para oboe,
pero tras recibir un encargo del holandés Ferdinand De Jean —que gozaba de gran
éxito en la época—, fue reescrito para flauta por el propio genio salzburgués.
En un primer momento, Mozart lo presentó como obra inédita, pero rápidamente se
descubrió que, efectivamente, se trataba de un arreglo del Concierto en Do mayor para oboe, escrito en 1777 para el bergamasco
Giuseppe Ferlendis.
La interpretación de Pajares
fue extraordinaria, demostrando una solvencia técnica y musical de enorme
nivel. No en vano, acaba de ser admitido en Codarts University for the Arts de
Rotterdam para el próximo curso 2021-22, donde cursará estudios de Grado
Superior en su especialidad. El flautista hizo las veces de solista y director
de la orquesta, interpretada al piano por Cañizares. Su rítmica y afinación
fueron impecables, así como su capacidad para sacar todos los colores y matices
a la partitura.
A continuación, Pajares
interpretó la Pieza para flauta sola
de Jacques Ibert, de 1936, una evocadora y exuberante obra escrita en un
lenguaje que contrasta con la propuesta clásica de la obra anterior. Una vez
más, Pajares demostró ser altamente solvente en el apartado técnico, ya que
esta obra incluye muchas de las exigencias propias del instrumento, y presenta
un enorme contraste entre sus dos temas, a los cuales el intérprete imprimió
todo su savoir faire. Además, el
carácter improvisado de la pieza es muy adecuado para las cualidades de
Pajares, que demostró, en el bis final, enorme capacidad para sobreponerse a
los apuros del directo.
Como ya hemos comentado anteriormente, se ofreció un bis poco habitual pero realmente agradecido: Garota de Ipanema, una canción de bossa nova compuesta en 1962, que goza de enorme éxito en todo el mundo. Pajares y Cañizares realizaron una improvisación sobre los temas principales de la canción, que arrancó en más de un asistente las ganas de quitarse la mascarilla y comenzar a bailar. Ojalá llegue pronto ese momento, pero mientras, gracias a iniciativas como esta del Consorcio Toledo y Momentum & Juventudes Musicales de Toledo, podemos seguir disfrutando de la música y la cultura seguras, en espacios de alto valor patrimonial, que nos hacen olvidar por un momento la situación que todos estamos viviendo.
Pedro Téllez, musicólogo | www.pedrotellez.com
Próximo concierto, día 6 de junio, con las interpretes Irene Palencia, Soledad Palomo y Laura Rivera.