El próximo domingo 2 de diciembre, nos visita desde la Comunidad Valenciana, el Ensemble GIUSTO.
Recordarles que en los próximos conciertos tenemos reducido el aforo a la nave central, debido a la exposición que el Consorcio Toledo está desarrollando en diferentes enclaves de la ciudad, con motivo de su XV aniversario.
Debido a esto y hasta completar aforo, el acceso a la sala será por orden de llegada.
Afortunados
fuimos aquellos que pudimos disfrutar del fantástico concierto el pasado
domingo 19 de Noviembre. No sería capaz de poner ningún pero a cualquiera de
los elementos que se conjugaron en la Iglesia de San Sebastián, y es que no
suele ser casualidad cuando se combinan grandes profesionales, un atractivo
programa, una organización preocupada y un publico que responde a la convocatoría llenando el aforo de la sala. El resultado de la ecuación se resume
en éxito.
Los
grandes protagonistas fueron la pareja Mario Molina y Nanako Uchi (Molina &
Uchi Piano Dúo), dos pianistas que juntos no suman, sino multiplican sus cualidades
tanto técnicas como poéticas. El virtuosismo del que hicieron gala no fue un
virtuosismo vacío, sino todo lo contrario, lleno de significado, profundidad y
entendimiento de las obras, que hicieron las delicias de un público entregado a
estos dos artistas.
El
concierto comenzó, como suele ser habitual en este ciclo de música de cámara,
con las notas al programa a cargo de Virginia Serrano que nos hicieron viajar en
el tiempo y transportarnos en primer lugar al universo del americano Samuel
Barber y su obra “Souvenirs” opus 28. A veces hay obras que no podían tener
mejor título, y es que las tres danzas interpretadas por el dúo fueron un auténtico regalo que abrieron el concierto a ritmo de
vals.
En
este programa, con la danza como hilo conductor, no pudieron faltar las
grandiosas danzas nº 1 y 2 de La Vida breve compuestas por uno de los gaditanos
más universales, Manuel de Falla. Estas conocidísimas páginas del nacionalismo
musical español que normalmente son interpretadas en los timbres de la guitarra
o del piano solo, encontraron en la transcripción de cuatro manos una versión
llena de contrastes, repleta de lirismo y esas melodías andaluzas expresadas
con tal sentimiento que cualquiera de los presentes se convenció de que la
pianista Nanako Uchi venía del propio Albaicín y no del Yokohama (algo menos
gitano...)
La
guinda de esta primera parte la puso la enérgica interpretación de Tres
movimientos de Petrushka de Igor Stravinsky. Esta exigente obra hizo que los dos
pianistas exprimieran al máximo sus cualidades técnicas y sacaran del piano los
sonidos más percutidos y estridentes de la mañana, no por ello faltos de
control.
Tras
un breve descanso, la segunda parte comenzó con, a mi parecer, el plato fuerte
del concierto: La Valse de Maurice Ravel. La interpretación de esta genial obra
no dejó indiferente a ninguno de los presentes, ya fuera por la maestría con la
que Mario Molina (en el papel de secondo) daba consistencia, tanto rítmica como
armónica a esta compleja pieza; o por la manera en la que Nanako Uchi (en el
papel de primo) era capaz de llevar al clímax todas esas frases que crecían
hasta más no poder. Estos dos grandes pianistas rindieron un gran tributo y no
defraudaron a las expectativas que esta obra siempre crea. Como no podía ser de
otra forma, su espectacular final hizo que gran parte de la audiencia
compartiera su emoción con unos efusivos “bravos”.
Ocho
movimientos de danza, sacados de la Suite El Cascanueces de Tchaikovsky
cerraron esta fantástica velada, aunque el verdadero broche final lo pusieron
un improvisado cumpleaños feliz en honor a Mario Molina y la transcripción para
cuatro manos de la obertura de la ópera Ruslán y Liudmila del compositor ruso
Glinka, a modo de propina ante los incesantes aplausos de un público
agradecido.
No
sería justo terminar esta reseña sin agradecer la enorme labor que realiza la
asociación MOMENTUM-TOLEDOy en especial a José Antonio Saldaña. Sin
ellos, un domingo como el pasado no habría sido un día tan especial.
En este mes de noviembre y con motivo de la colaboración
entre el servicio de juventud, cultura y deportes de la junta de comunidades y
esta asociación, hemos puesto en marcha, en el recién creado espacio joven de
S. Servando, micro-conciertos, en los que las personas alojadas en el albergue
pueden disfrutar de la mejor música en un espacio incomparable como es el
castillo de S. Servando.
Dos han sido las actuaciones llevadas a cabo en este mes de
noviembre.
El pasado día 4, fue el Cuarteto
de Cuerda Valencia, el grupo encargado de amenizar la espera para la hora
de la cena de los alojados en el albergue, entre los que se encontraban los
integrantes de la coral polifónica de Parla, que aprovechan este
insigne lugar, para realizar una jornada de convivencia y ensayos de cara a
preparar los conciertos que tienen programados para final de año.
El día 10, el micro-concierto correspondió al
dúo de violín, formado porValle Saldaña y Álvaro Sáez, que intervinieron con motivo de la visita de responsables de la red de
albergues de Eslovenia.
Esperamos en breve colgar en esta misma entrada un video de estos micro-conciertos.
Para diciembre está previsto, igualmente en este espacio joven, el
micro-concierto del Ensemble
GIUSTO, que actuara también en la iglesia de S. Sebastián el día 3 con motivo
del V ciclo de música y patrimonio.
No hace mucho
que vivo en Toledo. No hace tanto que conocí la existencia de un ciclo de
conciertos de música clásica en la iglesia de San Sebastián, sita en el
encantador casco antiguo. Las sorpresas, nunca vienen solas.
La asociación
Momentum Toledo, cuyo nexo en común se personifica en la figura del
incombustible José Antonio Saldaña, me ofreció inocentemente la reseña del
último concierto celebrado el pasado domingo 5 de noviembre.
Mi primera
impresión fue, efectivamente, la mencionada sorpresa. La gracia de ver cómo un
lugar hasta entonces inexistente para mí, se llenaba de vida y música. Ya no es
sólo el patrimonio, o la cultura. Es una cuestión de transmisión.
La transmisión de comunicación, de información. En definitiva, de historia.
Ésa, Historia con mayúsculas, que atesoran envidiablemente nuestras calles
imperiales.
Historiade
una ciudad. En estos tiempos tan convulsos, pequeños actos generan aquello que
en otras latitudes de la península denominan como el hacer país, crear
barrio: fem barri. Y esto último es precisamente lo que consigue la
apuesta cultural de Momentum.
La cita
dominical, en su tercera y consolidada propuesta corría a cargo del cuarteto de
cuerda Valencia. Generoso repertorio: Beethoven, Tchaikovsky y
Toldrá. El concierto comenzó con el primer cuarteto Op. 18 número 1 en Fa Mayor
del compositor de Bonn. A aquellos afortunados que vivimos de este oficio,
siempre nos emocionan estas páginas. Inspirador el papel de la concertino, que
embriagaba con sus escalas los oídos de los asistentes. Igualmente, la comunión
con el resto de las componentes y su interpretación individual era
exquisita.
He de manifestar
orgullosamente, el placer de escuchar a tan exigentes profesionales. Hacía
tiempo que no presenciaba una propuesta musical exclusivamente femenina.
Y lo admiro. Me enorgullece y me alegra pensar que la paridad sea algo
decimonónico en el mundo musical. Mención aparte, la presencia escénica del
grupo. Perfectamente conjuntadas, fue anecdótico ver cómo el público asistente
se encandilaba con la acertada elección de atrezo de nuestras concertistas.
Simpáticas y profesionales a partes iguales.
El Andante
Cantabile de Tchaikovskyfue igualmente emocionante, como
rezaban las referencias al programa de mano acertadamente redactadas y
declamadas por Virginia Serrano. Tras un breve descanso para atempere de los
escuchantes, otorgó calidez mediante variadas figuraciones y armonías.
Habituados al deleite musical, llegó el final del concierto con las innovadores
melodías mediterráneas del compositor catalán Eduardo Toldrá.
Primer y tercer movimiento fueron las piezas escogidas de la evocadora
obra Vistas al mar.
Como cierre del
recital, el cuarteto nos ofreció no una propina, sino hasta tres bises encadenados.
Tangos ejecutados con rítmica mimética para colofón de una mañana de encanto.
Humildemente me
gustaría desde estas líneas, hacer una llamada de asistencia a
los convecinos toledanos. Disfrutar de música de calidad, gratuita y en
directo, no es una oferta que debiésemos desestimar. Tenemos motivos más que de
sobra para lucir con orgullo las actividades musicales organizadas por los
diferentes entes colectivos.
Agradecimiento en general al público, aquel que llena de sentido la celebración de
dichos eventos y en especial a la coral polifónica de Parla que nos honro, con su visita Del mismo modo, mi sincera admiración a todos aquellos que
luchan contra molinos y gigantes (expresión peculiarmente manchega) para sacar
adelante estas nunca debidamente agradecidas propuestas musicales.