miércoles, 13 de diciembre de 2017

Voces con sabor a Navidad

Como cierre de ciclo, este domingo día 17 de diciembre, contaremos con el repertorio navideño que el coro TOMAS LUIS DE VICTORIA, ha preparado para la ocasión.


Recordarles que tenemos reducido el aforo y que la entrada se realizara por orden de llegada, hasta completar aforo.




jueves, 7 de diciembre de 2017

Con GIUSTO ensemble



Llego tarde. Camino apresurado por la acera empedrada de la calle Carrera de San Sebastián,  más conocida popularmente como la cornisa y que va desde Paseo de Cabestreros hasta las Cortes de Castilla La Mancha.
 Una mañana luminosa y un cielo totalmente azulado parecen querer desmentir que de madrugada había una buena helada, no se ve a nadie y el silencio solo lo rompe el graznido de alguna ave de las que planean sobre el cauce del río Tajo. Ya se han oído las 12 del mediodía y temo encontrarme cerrada la puerta de la Iglesia mudéjar de San Sebastián por haber comenzado el concierto de música que hoy 3 de diciembre de 2017 se celebra en su interior.
Está abierta todavía y al entrar me sorprende ver al público encorsetado entre grandes carteles acoplados entre las columnas de la nave central y bordeando todo el interior del templo, que sostenidos sobre patas de madera dejan sus imágenes a la altura de los ojos. La exposición “Pasión por Toledo”, 15 años del Consorcio de la ciudad de Toledo, que puede visitarse de jueves a domingo hasta el próximo sábado 23 de diciembre.

Venido desde la costa blanca el trío de música de cámara ENSEMBLE GIUSTO está integrado por Pablo Marín (clarinete), Pilar Marín (viola) y Miguel Pérez (guitarra), jóvenes solistas que compaginan su labor docente con la interpretación y difusión de la música de cámara. Un instrumento de viento-madera, otro de cuerda frotada y el último de cuerda pulsada es una formación poco común y un tanto arriesgada por la falta de obras escritas expresamente para esta agrupación, pero con empeño y tenacidad y una buena dosis de sensibilidad han sabido sacar partido a las peculiaridades tímbricas de sus instrumentos como así lo demuestra su permanencia a lo largo de los años desde su fundación en 2011.

De su buen hacer da prueba que la sala enmudeció con la interpretación de su primera obra del repertorio: Serenade del compositor austriaco Frank Schubert, obra melodiosa que conocí cuando hace ya algunos años el padre de mi cuñado, desaparecido fatalmente el pasado mes de junio, le decía a mi hijo, estudiante de violín, tienes que aprender a tocar la serenata de Schubert y le recitaba las notas con su medida y entonación.

De destacados e influyentes compositores franceses fueron las dos siguientes piezas del programa. Pavane Op. 50 de Gabriel Fauré, bella y conocida melodía escrita en 1887 evocando la danza que se bailaba en la corte española en el siglo  XVI. Y Rêverie (ensueño) de Claude Debussy, sencilla y exquisita melodía cuya audición justifica el título de esta obra. El compositor utiliza un nuevo lenguaje apartándose del estilo romántico y cuyas innovaciones inician el impresionismo musical.

La primera parte del programa terminó como un pequeño homenaje al tango, al interpretarse dos obras del músico argentino Astor Piazzolla, hoy considerado como el compositor más importante de tango en todo el mundo, pero durante mucho tiempo duramente criticado y censurado por los ortodoxos del tango.  Oblivion y Libertango, son dos composiciones geniales que nos llegaron al alma de la mano de Ensemble Giusto.
Tras un breve descanso la segunda parte del concierto se dedica al mismo compositor con quien acabamos la primera parte al interpretarse íntegramente sus Estaciones Porteñas, verano, otoño, invierno y primavera. El término “porteño” se refiere al gentilicio de Buenos Aires y en la versión original tiene especial protagonismo como instrumento solista el bandoneón. Piazzolla supo evocar con nostalgia el cielo de Buenos Aires en cada estación.
La propuesta de Ensemble Giusto mantuvo hipnotizado al público desde el primer instante que casi sin respiración escuchaba las notas y acordes que brotaban de los instrumentos de música elevándose hacia el cielo. Músicos y público, separados por menos de metro y medio de distancia, nos hemos sentido como una sola familia, agradecidos y complacidos. 




Correspondiendo a los aplausos el trío se despidió con el Ave María de Piazzolla



José Suárez.