Una
actividad cultural que este fin de semana de carnaval en Toledo ha prescindido
de pelucas y bigotes postizos ha sido el concierto de música de cámara que
hemos podido presenciar en la Iglesia Mudéjar de San Sebastián. Esta iglesia no
celebra culto, pero desde su rehabilitación integral a principios del 2000,
está disponible para conferencias, exposiciones o los ciclos de música de
cámara que periódicamente se celebran en ella. Igualmente podría abrirse para
otros usos privados previa solicitud al Consorcio de Toledo encargado de su
gestión y mantenimiento.
Con el
concierto de hoy domingo, 23 de febrero de 2020, dan comienzo las X Jornadas deMúsica y Patrimonio con un total de ocho conciertos programados a celebrar cada
dos domingos y finalizando el domingo 31 de mayo.
El
telón se ha levantado para recibir al DúoPHORBEIA, integrado por SARAY
ALMAZAN GIL, flauta travesera, y ANA
BARCO PÉREZ, piano, quienes tras varios años colaborando en distintos
grupos de cámara en 2017 forman este dúo para centrarse exclusivamente en el
estudio y difusión del repertorio para flauta y piano.
Dúo PHORBEIA, con
buen criterio y para mejor comprensión de la escucha por parte del público, ha
explicado con todo lujo de detalles el repertorio que hoy ha descansado en sus
atriles, profundizando tanto en las circunstancias personales del autor en el
momento de la composición de la obra, como en el estilo y significado de la propia
obra. De este modo, en la primera parte han tocado sonatas de compositores de
origen alemán y en la segunda parte las interpretaciones eran de compositores
franceses.
Una de
la obras más conocida del director de orquesta y compositor alemán Carl Reinecke es la Sonata
Undine, Op 167 compuesta en 1882
y basada en la versión de la leyenda escrita por Friedrich de la Motte Fouqué. Undine u Ondina, son habitantes del
mundo de las aguas que aparecen con cierta frecuencia en la literatura
centroeuropea. Rasgo característico de
su personalidad es su vocación seductora junto a la inexorable muerte a la que
conducen al seducido. Arpegios ondulantes emulando el mundo acuático salpicaron
al público y el sonido amoroso del viento madera envuelve el idilio de la
pareja presintiendo un trágico final. Sonata romántica con un final de carácter
dulce y tierno que describe una enigmática despedida.
En
abril de 1937 se estrenó en Washington, D.C. la Sonata para flauta y piano
del compositor alemán Paul Hindemith, quien tuvo que exiliarse al
considerarse su música por el nacionalsocialismo como “puro ruido” y
“bolchevismo popular”. Residió en Suiza
sus últimos diez años de vida, donde falleció en 1963. Esta sonata es una de las
26 sonatas que compuso entre 1935 y 1955 buscando aumentar el repertorio para
instrumentos de viento. La obra evidencia como el artista no puede evadirse de
su entorno y permanecer impasible ante el sufrimiento humano.
Tras un breve descanso que fue bien aprovechado para tomar el sol, continuó el
concierto con la música de dos autores franceses integrantes del Grupo de los
Seis, cuyo principal objetivo era tocar la música compuesta por ellos mismos,
no tocar la música de otros.
Darius Milhaud nació
en Aix-en-Provence en 1892 y falleció en Ginebra en 1974. De ideas
vanguardistas, Milhaud y sus
compañeros adoptaron una actitud estética de reacción contra Wagner y Debussy y penetraron en el campo del recién descubierto politonalismo.
Su abundante producción abarca casi todos los géneros. Su Sonatina para flauta y piano, op.
76 fue compuesta para ser interpretada por el flautista Louis Fleury. Su primer movimiento es el más lírico, el segundo muestra
la influencia de la música y el jazz latinoamericanos, en el último, usa dos
temas, reapareciendo al final el motivo principal del primer movimiento creando
la sensación de composición cíclica y unitaria.
El
concierto llegó a su fin con la interpretación de la Sonata para flauta y piano, FP 164
de Francis Poulenc, compuesta entre 1956 y 1957 por encargo de la Fundación Elizabeth Coolidge en memoria
de su mecenas. Es una de las obras más conocidas de Poulenc, y muestra el estilo suave pero ingenioso de la música
instrumental de este autor. Cada uno de los tres movimientos de la obra es
fluido y elegante, dulcemente triste el Allegro
malincolico, soñadora la Cantilena y una melodía asustadiza llena
de buen humor el Presto giocoso.
Ana Barco y Saray Almazán nos
han presentado algunas de las obras más importantes y virtuosas del repertorio
para flauta del siglo pasado y de finales del XIX, difíciles de tocar y que
ponen a prueba las habilidades técnicas tanto del flautista como del pianista.
Texto.- José Suarez
El
domingo 8 de marzo, día de la mujer, desembarcarán en Toledo las alumnas del aula de canto del
Centro Superior de Enseñanza Musical Katarina Gurska, acompañadas al piano por
el maestro Manuel Burgueras.