miércoles, 11 de abril de 2018

CONTRAST - cronica


Mañana acarreadilla, la que llevo, pues queriendo estar en todos lados, hoy a las 10 horas he participado (soy corredor popular) en la III Carrera solidaria autismo de Toledo que organiza APAT, recojo el agua que me ofrece un jovencísimo voluntario y la fruta que sonriente me entrega una señorita, hecho una ojeada a las lista de las clasificaciones y sin parar de trotar me dirijo a casa a darme una ducha relajante.

Aparco en la zona del embarcadero donde casualmente se celebra un concurso de pesca y me dirijo a la Iglesia de San Sebastián, escenario de un nuevo concierto de las VI Jornadas de Música y Patrimonio. Por toda la ladera que asciendo se extiende una frondosa maleza coronada de ramilletes de florecillas amarillas, blancas, algunas malvas, me acompaña el trino y gorjeo de los atareados pájaros que reciben la mañana con optimismo y este hecho me recuerda que uno de los cuartetos de cuerda que hoy deleitará mis oídos lleva el sobrenombre de “la alondra”. Tampoco tiene que olvidárseme tirar de las orejas a mi madre que hoy cumple 86 añitos.

 Ya dentro de la coqueta iglesia, privilegiada sala de conciertos, tomo un programa y cuando miro para buscar asiento, compruebo que todos están ocupados. Encuentro un asiento vacío pero otras personas se acomodan en algún escalón y otras permanecen de pie apoyadas en alguna columna o en el muro


 El cuarteto de cuerdas entendido como la agrupación de cuatro instrumentos de cuerda suele estar formado por dos violines, una viola y un violonchelo que debido a la amplitud de notas en su conjunto,  como a la infinidad de matices que pueden producir los instrumentos de cuerda frotada ha hecho que renombrados compositores a partir del siglo XVIII escribieran obras para cuarteto de cuerdas.  Con Haydn, Mozart o Boccherini, el cuarteto de cuerda se generalizó para convertirse en el género más demandado en la música de cámara. Se estructura en cuatro movimientos uno rápido, uno lento, un minueto y trío y un final rápido.

La tarea de llenar este recinto de notas y acordes, hoy domingo 8 de abril de 2018, corre a cargo del cuarteto de cuerda CONTRAST QUARTET, cuyos miembros son jóvenes estudiantes de Enseñanza Superior en la Universidad Alfonso X “El Sabio”, formación surgida el año 2017 con el pretexto de explorar y difundir la música de cámara, posiblemente en el seno de la asignatura de música de cámara y bajo la supervisión del profesor José Luis Moraño que justamente pudimos escuchar en el pasado concierto como componente del cuarteto ATAIDE.

Al violín Andrea Alonso de Francisco y Alonso de Frutos Huete, a la viola Estela Mejías Sánchez y finalmente al violonchelo Alicia Cortés Alcañiz, confiesan su amor por la música y han formado un tándem que les ha permitido afrontar la ardua empresa de interpretar completos dos cuartetos de cuerdas, con resultado muy satisfactorio, de sendos genios de la música.
La presentación del concierto y de los intérpretes ha sido hecha por la soprano toledana Virginia Serrano. Igualmente ha elaborado y leído las notas al programa que nos introducían en el contexto de cada pieza, para finalizar agradeciendo al público su asistencia.

En la primera parte del concierto se interpretó el Cuarteto nº 5 en Re M Op.64 La Alondra” del compositor austriaco Joseph Haydn, considerado como el “padre del cuarteto de cuerdas”. Nació, en 1732, estando de moda el Barroco de Bach y Haendel. Al morir, recién inaugurado el XIX, arrancaba el Romanticismo de Beethoven. El puente principal entre ambos estilos fue Haydn, compositor por excelencia del período clásico junto con Mozart, al que se debe el definitivo establecimiento de formas como la sonata y de géneros como la sinfonía y el cuarteto de cuerda, que se mantuvieron vigentes sin apenas modificaciones hasta bien entrado el siglo XX. 
Admirador de este autor, Wolfgang Amadeus Mozart desarrolló el género y le dedicó una serie de cuartetos del que se ha interpretado en la segunda parte el último de la serie, el Cuarteto de cuerdas nº 19  en Do M, KV 465 conocido como Cuarteto de las Disonancias debido a su inusual introducción breve y posiblemente el más famoso de sus cuartetos.

Sorprendido ha quedado el auditorio con la fresca actuación de Contrast Quartet que brillantemente ha arrancado las notas dormidas en las partituras, arrojándolas hacia delante para girar y retorcerse entre las columnas y tomando impulso en los vetustos capiteles ascender hasta la cubierta para allí desvanecerse, esperando otros dedos gráciles que vuelvan a despertarlas.

Una actuación contundente y muy profesional que ha logrado transmitir la alegría o la melancolía escrita en cada frase y que les sirve de ensayo si tienen previsto otros conciertos o presentarse a algún concurso. Les deseamos mucha suerte en esta andadura que han iniciado.

Como bis ha sonado Golliwogg's Cakewalk, la última pieza de las seis que consta la suite Children’s  cornes (El rincón de los niños) escrita para piano por Claude Debussy.


José Suarez
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El próximo día 22 de abril contaremos con la presencia de Jesús de la Rosa, fagot, y José Luis Moraño, violín.




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