El
pasado cinco de mayo, día de la madre, tuvimos el placer de recibir en la
iglesia de San Sebastián de Toledo al violinista Francisco González Márquez.
Formado en Córdoba y Madrid, en prestigiosas instituciones tanto en violín como
en viola, el intérprete, presidiendo el otrora altar, obsequió al público con
un lirismo adecuado al edificio y paraje que lo acogieron.
El
programa comenzó con dos obras de Ennio Morricone, quien se encuentra
actualmente por España interpretando su gira de despedida. En ellas pudimos
apreciar la magia y espiritualidad que el autor impuso en sus obras para Cinema Paradiso y La Misión.
Tras
estos pasajes musicales pasamos a disfrutar de la famosa aria de Puccini, O Mio
Babbino Caro, interpretada por sopranos de la talla de María Callas o MonserratCaballé, y del romance Vocalise compuesto por Sergei Rachmaninov para piano y
voz durante su periodo ruso. En ambas se pudo apreciar cómo la formación del
artista en violín y viola dejó huella en la interpretación.
Varios
éxitos de la música en inglés del siglo XX se abrieron paso a través del violín
como My Way, You Rise Me Up o Hallelujah, llenando de emoción a los asistentes.
Del
repertorio clásico Francisco escogió el Largo dentro del concierto de Invierno
de las Cuatro Estaciones, de Antonio Vivaldi, las Canciones Populares de Manuelde Falla, compuestas desde París un año antes del regreso del autor y la excepcional Playera del violinista
bilbaíno Pablo de Sarasate. En estas dos últimas, enérgicas y técnicamente
demandantes, el intérprete realizó su tour de force, demostrando su maestría a
manos del violín.
Finalmente,
tras los merecidos aplausos, Francisco interpretó su propia adaptación de la
obra Asturias (Leyenda) de Isaac Albéniz, cerrando de forma virtuosística y
elegante el concierto que nos ocupó.
Texto.... Rafael Delgado
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